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Francisco de Goya. Perro semihundido. 1819-1823. Museo del Prado. |
Esta pintura, titulada Perro semihundido, es quizá uno de los mayores enigmas de la historia del arte español. Formaba parte del conjunto de las Pinturas negras, un conjunto de pinturas murales que realizo Goya en su propia vivienda, llamada La Quinta del Sordo. En ellas deja rienda suelta a su imaginación, a sus obsesiones más primitivas, desarrollando una iconografía basada en los aquelarres, la superstición y todo aquello que posteriormente se denominó "La España Negra".
Entre toda la iconografía, de carácter radicalmente extemporáneo, destaca esta pintura, en la que se observan dos grandes masas de colores ocres entre las que asoma la cabeza un perro, que ocupa aproximadamente un 5% de toda la superficie pictórica. No se ha llegado a una conclusión unánime sobre su significado, pero lo que está claro es que es un claro precedente de la pintura abstracta desarrollada cien años después. Un auténtico homenaje a la superficie vacía, a la ausencia, a la nada.